Hoy toca llorar

Como en cada día que alguien muere, hoy toca llorar. Llorar por otro drama personal, por otra familia destrozada, por otra niña huérfana. Llorar por la pérdida de otra vida segada por un injusto sistema hipotecario, sostenido por una ley sancionada por Isabel II, de la que incluso se celebró su 150 aniversario, y que exime de toda responsabilidad a los prestamistas, para situarla íntegramente sobre los prestatarios. Unos prestatarios que no se endeudaron por avaricia o por hedonismo. Lo hicieron por necesidad, y de la necesidad de unos, otros se aprovecharon estafándoles.

Hoy toca llorar por la ceguera social de los grupos mayoritarios del Parlamento español –los minoritarios sienten impotencia-, inútiles a la hora de enfrentarse a la oligarquía bancaria, con quien tienen una paciencia infinita, incapaces de situarse al lado del pueblo al que dicen representar, como va a demostrar la ya anunciada negativa a la Iniciativa Legislativa Popular presentada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que con tanta honradez y sinceridad defendió Ada Colau en el Congreso.

400.000 ejecuciones hipotecarias, en cuatro años, después, y tras varias muertes, hoy toca llorar.

Mañana tocará luchar para, ante la inacción o la impotencia de quienes ostentan el poder Ejecutivo y Legislativo, y como se dice en una película de Ridley Scott, alzarnos una y otra vez hasta que los corderos se conviertan en leones.


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